Capital Querétaro

El otro Quintana Roo

Carlos Joaquín Gonzales dio cuenta a los hombres y mujeres del estado más bello del país la forma en que ha venido reconstruyendo el gobierno después de la negra etapa encabezada por Roberto Borge Angulo, quien durante seis años se acostumbro al hurto y al despojo pensando que la entidad le pertenecía simplemente por haber sido elegido gobernador. Y no es tan solo Borge, sino una serie de ladrones que saquearon el patrimonio de los quintanarroenses y que ahora cínicamente disfrutan de una cuantiosa riqueza.

Para fortuna de quienes decidieron vivir en el paraíso del sureste, llego Carlos Joaquín, como lo conocen y reconocen quienes hace muchos años comenzaron a seguirlo no tan solo por sus orígenes familiares, sino por ese empeño en hacer las cosas bien y reorientar el rumbo de los habitantes de las zonas más pobres del estado, invirtiendo el dinero público no tan solo en satisfactores del momento, sino en proyectos de largo plazo que sentarían las bases de una nueva forma de convivencia y de oportunidades para todos.

Si algo se tiene que reconocer es que hoy Quintana Roo cree en su futuro porque tiene rumbo y fortaleza, a decir de quienes estuvieron en el segundo informe de Carlos Joaquin, porque se generaron treinta y cuatro mil trescientos ochenta y ocho nuevos empleos formales en lo que va del año, superando la cifra del año anterior que fue de treinta y dos mil ochenta y cinco plazas. Ese es el mejor ejemplo que el gobernador puede darles a la mayor parte de sus funcionarios, aunque es pertinente señalar que muchos de ellos no están obteniendo los resultados esperados.

Lo previsible es que en los siguientes días y semanas, algunos de los que no han alcanzado los resultados que de ellos se esperaban tendrán que dejar los espacios para que sean ocupadas por personas que aparte de conocimiento, tengan las ganas suficientes como para evitar que la ineficiencia se siga presentando. Lo dijo muy claro Carlos Joaquín, Quintana Roo necesita a sus mejores hombres y mujeres para sacar del atraso en que se mantienen muchas comunidades, y vaya que muchos se sintieron aludidos.

El mayor ingreso de los quintanarroenses es producto de la vocación turística de esa infinidad de lugares que hasta ahora siguen siendo los más hermosos del mundo y por ende los más visitados. Para decirlo más claro, si existe un lugar que pudiera asumirse como el paraíso terrenal, estaría en Quintana Roo, y Carlos Joaquín sabe que no puede seguir permitiendo que la ineficiencia y las pocas ganas de trabajar le echen a perder su propósito de sacar de la postración a las comunidades más empobrecidas.

El Quintana Roo que encabeza Carlos Joaquín González es distinto al que Roberto Borge Angulo consideraba como suyo. La probidad y la honestidad están haciendo emerger los principios y valores que el señor Borge les hurto a sus paisanos.

Hoy los pobladores de los lugares más pobres han visto en Carlos Joaquín esa esperanza que perdieron durante los años en que la pandilla de saqueadores hacía de las suyas. Hoy Quintana Roo comienza a recuperar el brillo de la honestidad y la eficiencia. Al tiempo