En el PRI cumplieron con el “ritual” de los registros para aspirantes que buscan algún cargo de elección popular, entre ellos hay de todo; hay quienes han demostrado hasta la saciedad su incapacidad en el desempeño de los cargos que les han “obsequiado” y no conformes con ello quieren más; antes están las ambiciones y no las capacidades. Lo que buscan las dirigencias es, sobre todo, lealtad a la subordinación. También los hay capaces y preparados, a esos no los dejan llegar, no forman parte del “selecto grupo”, no importa si los aspirantes son mejores que la oposición, simplemente no son del “equipo”.
Los calzadistas fieles a la costumbre que los distingue desde su arribo al poder, se quedaron casi con la totalidad de las posiciones, tanto locales como federales; en uno que otro espacio tuvieron que negociar, más como una “graciosa concesión” que, como una obligación; en esos espacios electorales es de suponerse la espera de mejores resultados., en los más los otros la mayor probabilidad es la derrota electoral, pero había que otorgar las posiciones a los “amigos” del grupo; en otros casos fueron otorgadas las candidaturas a las tradicionales concesiones a los sectores. Después de este desagradable “espectáculo democrático” se escucha con mayor insistencia que vendrán más tránsfugas. Una vez más incorporaron a muchos de los perdedores en pasadas elecciones –del mismo grupo por supuesto-, al menos pretenden emular a Amlo, quien asegura que la tercera es la vencida ¿Será esa la mentalidad?
Esos cuantos son los que no permiten el acceso de más priistas y se pueden ver ocupando varios cargos y en ninguno son capaces de desempeñar bien su función, esperan a que otros las realicen. Ahí está como claro ejemplo una de las aspirantes a una diputación federal; hoy es legisladora local, hace una semana fue nombrada Secretaria de Acción Electoral y 6 años fue Secretaria General y Presidenta –aunque por unas horas- ¿De verdad no hay más priistas? Por supuesto que los hay de sobra y mucho mejores ¡Ah! Pero no son del selecto grupo y si no se forma parte de él no les permiten la entrada. Los órganos internos de decisión también son controlados por el aludido grupo que “manosea y ensucia” cualquier acción, diría el ex Secretario de Acción Electoral. Y así pretenden ganar elecciones. Por lo pronto, el ritual de los registros ha concluido, los dictámenes están pendientes. Se esperan impugnaciones, pero ellos controlan los órganos de decisión ¡Vaya desaseo!