Capital Querétaro

La alta burocracia dejará de ser una clase dorada

Por Eduardo Ruiz-Healy

El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, se ha pronunciado una y otra vez en contra del despilfarro de los recursos públicos por parte de la clase gobernante y ha prometido que durante su gobierno combatirá de manera frontal la corrupción, que en gran medida frena el desarrollo nacional.

Para hacer buenas sus promesas, el domingo pasado dio a conocer sus “50 lineamientos generales para el combate a la corrupción y la aplicación de una política de austeridad republicana en el gobierno, para que se aplique lo que decía el presidente Benito Juárez, que el funcionario aprenda a vivir en la justa medianía”.

Entre las medidas de austeridad para que los funcionaros vivan en la justa medianía, están las siguientes:

El sueldo mensual bruto de AMLO será menos de la mitad de los 209,135.92 pesos que actualmente gana el presidente. Es decir, el siguiente mandatario ganará un poco menos de 104,567.96 pesos.

Este es un sueldo superior al promedio de 86,625 pesos que, según el sitio www.lovemondays. com.mx, gana un directivo de alto nivel en una empresa privada, sin tomar en cuenta ingresos adicionales provenientes de bonos de desempeño, comisiones, prestaciones y otros extras.

Si se considera que el presidente de la república no gasta un centavo por concepto de vivienda y transporte, los 104,567.96 pesos son un buen sueldo.

Andrés Manuel también anunció que “se bajan los sueldos de los altos funcionarios públicos a la mitad de quienes ganan más de un millón de pesos anuales, de manera progresiva; pero lo ahorrado debe significar 50 por ciento del gasto actual”.

A diferencia del actual y sus antecesores, el presidente AMLO pagará por su alimentación y vestido, ya que el domingo también anunció que “No habrá bonos ni otras canonjías, el salario será integral, según la Constitución que a la letra dice: ‘Se considera remuneración o retribución toda percepción en efectivo o en especie, incluyendo dietas, aguinaldos, gratificaciones, premios, recompensas, bonos, estímulos, comisiones, compensaciones y cualquier otra, con excepción de los apoyos y los gastos sujetos a comprobación que sean propios del desarrollo del trabajo y los gastos de viaje en actividades oficiales’.”

Y que “desaparecerán las partidas para vestuario o cualquier gasto de protocolo y ceremonial dedicado al Presidente, a sus colaboradores cercanos y a familiares”.

AMLO anunció que “No habrá partida para gastos médicos privados”, lo cual significa que se cancelarán los seguros de gastos médicos privados que hoy se pagan con el dinero de nuestros impuestos. Los altos funcionarios deberán ahora atenderse, junto con sus familiares, en los hospitales del ISSSTE o pagar con su propio dinero los servicios de médicos y hospitales privados.

Otra medida que causará dolor: “Ningún funcionario público podrá recibir regalos, cuyo valor exceda los 5 mil pesos”.

Las medidas de AMLO harán que la alta burocracia deje de ser una clase dorada que hasta ahora ha sido mantenida con nuestros impuestos.