Como queretano estoy convencido de las grandes noticias y el crecimiento que ha ofrecido nuestro estado en los últimos años, en especial al devenir como uno de los centros de innovación tecnológica y de inversión más importantes del país, ha contribuido al crecimiento económico de México.
Por ello, considero reproblables las acciones de un político corrupto y más cuando es originario de Querétaro, como Ricardo Anaya; esto, debido a que no solamente afecta la imagen de esta tierra, también lastima a los queretanos, quienes la han construido y son gente trabajadora que se ve afectada por las acciones de agentes corruptos como el aspirante panista.
A Anaya ya le han de doler las manos de tanto lavar, pero sus culpas y el dinero que obtuvo con su amigo Barreiro. Por más conferencias que convoque, el candidato del Frente, éstas no dejan de ser cortinas de humo para desviar la atención de sus responsabilidades.
Hoy, en nuestro país, el eco del descontento y las fundadas expresiones de coraje ante los ineludibles hechos de corrupción e inseguridad son una realidad, la cual no podemos ignorar mirando hacia otro lado; sin embargo, estoy convencido que caer en generalizaciones es caer en el error.
No podemos dividirnos y culpar a todos los políticos por estas acciones, cuando alrededor de México, existen funcionarios de todos los niveles con valores, que se suman a la indignación y reclamo de hacer justica ante el saqueo desmedido de algunos candidatos. Si queremos cambiar a México, el primer paso es aclarar nuestro patrimonio y demostrar que lo que hemos tenido ha sido producto de nuestro trabajo.
En este sentido, Jorge Malem, especialista en temas de corrupción, identifica estos actos como “aquellos que constituyen la violación, activa o pasiva, de un deber posicional o del cumplimiento de alguna función específica realizados en un marco de discreción con el objeto de obtener un beneficio extraposicional cualquiera sea su naturaleza”; ésta es, por mucho, una definición con la cual podemos describir al candidato azul, que generó una ganancia de 44 millones, pasando de 10 millones a 54 millones de pesos.
Por desgracia, la corrupción no es lo único lamentable, pues, con cada paso que da Ricardo Anaya, se hunde un pedazo del PAN; como el pasado fin de semana, que salió a la luz un nuevo video en el que se ve de manera clara como Anaya plagió unas conferencias de emprendedores y speakers internacionales de la talla de Tony Seba y Peter Diamandis.
Ricardo Anaya por enésima vez es sorprendido y hoy lo vemos atrapado y sin salida. En el PAN se empiezan a escuchar nombres como Ernesto Cordero y Rafael Moreno Valle para darle el relevo, pero la realidad supera al PAN y este naufragio no lo salva nada. A Anaya se le acabaron las ideas; a los mexicanos, la paciencia.
Estamos ante la elección más grande de la historia y la coyuntura nos exige propuestas. Orden y seguridad, esto es la aplicación de la justicia sin ninguna concesión; también, apostarle al empoderamiento de la mujer y trabajar por las familias y que todo individuo tenga una calidad de vida digna, esto a través de seguir promoviendo los proyectos educativos.
Con ideas, propuestas y metas a largo plazo es como edificaremos el país que cada mexicano merece, pero también hablando de frente, siento totalmente transparentes y castigando a políticos que se han enriquecido a costa del sufrimiento de la gente, políticos como Ricardo Anaya.