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Como secretario de Hacienda del gobierno panista de Felipe Calderón en 2012, José Antonio Meade Kuribreña calculó que el PIB mexicano en el periodo 2013-2018 sería en promedio anual de 3.9 por ciento, pero la realidad bajó el saldo final a 2.1, un error de cálculo de 1.8 puntos porcentuales, casi de la mitad de lo deseado.
Como secretario de Hacienda del gobierno priista de Enrique Peña Nieto, Meade calculó el PIB promedio anual para el periodo 2018-2023 en 3.5 por ciento, pero los escenarios realistas lo ubicarían en 2 a 2.5, y pudiera ser menor esa cifra si se deshace el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
En este sentido, y de acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica para 2018, Meade se perfila como el candidato de la crisis económica; o, para ser más precisos, de la continuidad de la política económica del modelo de desarrollo neoliberal diseñado por Carlos Salinas de Gortari en el periodo 1979-1993 que ha provocado una crisis severa en el PIB anual: PIB de 2.2 por ciento de 1983 a 2018, contra 6 puntos porcentuales de 1934 a 1982.
Como encargado de Hacienda desde septiembre de 2016, Meade se hizo cargo de los Criterios Generales de Política Económica para 2017 y 2018. Su expectativa de PIB para 2017 fue muy amplia: de 2 a 3 por ciento, pero en los Criterios para 2018 bajó el saldo de 2017 medio punto para situarlo de 2 a 2.6 por ciento. El problema real fue otro; en 2016 estimó para siguiente año una inflación de 3 por ciento, pero por el gasolinazo diseñado y operado por su Secretaría de Hacienda la estimación de inflación se duplicó.
En su defensa del marco macroeconómico para 2018 y antes de renunciar al cargo para convertirse en candidato del PRI a la Presidencia de la República 2018-2024, Meade fijó el PIB para 2018 en un escenario amplio de 2 a 3 puntos porcentuales, pero todos los cálculos no oficiales señalan un PIB menor a 2 por ciento. Y la inflación para 2018 fue fijada en 3 por ciento, pero los cálculos la ubican arriba.
En sus expectativas para el periodo 2018-2023, Meade fijó un crecimiento promedio anual del PIB en 3.5 por ciento, un poco arriba del promedio anual del PIB real del sexenio peñista de 2.1. El dato más importante radica en el hecho de que el escenario de Meade para 2013-2018 fijado en 2012 es un poco mayor al presentado para 2018-2023 como secretario de Hacienda priista de Peña: 3.9 por ciento como panista 2013-2018, contra 3.5 como priista 2018-2023.
Lo peor de todo es que México necesita crecer a una tasa promedio del PIB de 6.5 puntos porcentuales sólo para responder a las expectativas generadas por el aumento anual de la población económicamente activa. Las tasas de 2.2 a 3.5 por ciento que presentó Meade como secretario de Hacienda apenas cumplen las expectativas de un tercio de la población.
El marco macroeconómico de Meade para el sexenio 2018-2024 es de 3.5 por ciento, pero imposible de alcanzar porque crecer arriba de 3 puntos porcentuales implicaría un aumento en la inflación y presiones devaluatorias. Por eso es que el escenario de Meade va a moverse, en el mejor de los casos, en un promedio anual de PIB de 2.2 a 2.8 por ciento, contra los 6 puntos porcentuales que se necesitan.
De ahí que a México le esperen con Meade como presidente otros seis años de crecimiento bajo como instrumento de control inflacionario, según la condicionalidad impuesta por el FMI y defendida por Meade como secretario de Hacienda de gobiernos panista y priista.
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