Jared Kushner, el yerno de Donald Trump, estuvo en la Ciudad de México el miércoles pasado.
Además de ser esposo de Ivanka Trump, es uno de los dos senior advisors (consejeros senior) que tiene el presidente Donald Trump en la Casa Blanca.
De 37 años y casado con Ivanka desde 2009, Kushner y su esposa participaron activamente en la campaña presidencial de Trump y lo han acompañado en la Casa Blanca desde el primer día de su gobierno.
Sin experiencia previa en asuntos de Gobierno, Trump responsabilizó a su yerno con las siguientes tareas:
1. La paz en Oriente Medio: resolver el conflicto entre Israel y Palestina. Según Trump, si Kushner no puede ayudar a intermediar la paz “nadie puede”.
2. Reforma del Gobierno / gestión de crisis de opiáceos: examinar las áreas en las que el sector privado podría mejorar el uso de datos y tecnología del Gobierno.
Kushner le dijo al Washington Post que pretendía modernizar el Departamento de Asuntos de Veteranos, resolver la crisis de opio y desarrollar ideas para la próxima propuesta de infraestructura de Trump.
3. Reforma de la justicia penal
4. Relaciones con México
5. Relaciones con China.
6. Relaciones con la comunidad musulmana en Estados Unidos.
Al principio de la administración Trump, muchos creyeron que su yerno ejercería una influencia positiva sobre su suegro para que éste moderara muchas de sus posiciones más extremas. Hoy, la mayoría de los analistas acepta que Trump no le hace caso a nadie, ni siquiera a Ivanka, quien también era vista como una influencia moderadora sobre su padre. Aparentemente influye más sobre el presidente su otro senior advisor, el ultraderechista Stephen Miller, de 32 años.
Además de no influir sobre las decisiones de su suegro, Kushner enfrenta diversos problemas que lo han debilitado cada vez más dentro de la Casa Blanca. Hace unas semanas, debido a su incapacidad para satisfacer los requisitos exigidos, el jefe de la Oficina Presidencial, John Kelly, le degradó su autorización para tener acceso a documentos secretos, de ultrasecretos a secretos solamente.
Además, el yerno presidencial está siendo investigado por sus vínculos con rusos y árabes, que podrían ser ilegales.
Pese a su creciente desprestigio y debilitamiento, Kushner fue recibido por el presidente Enrique Peña Nieto en Los Pinos como si fuera el funcionario más importante del Gobierno estadounidense. ¿Si no fuera el yerno de Trump o el gran amigo del secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, hubiera recibido tal tratamiento? No lo creo y nada justifica la atención que se le dio durante su visita.
¿Recibe Trump de la misma manera, en la Casa Blanca, a cada integrante del gabinete presidencial que visita Washington? No. Nunca.