Abierto el periodo de registro de candidatos a la Presidencia de la República, este domingo el aspirante a ocupar la silla presidencial, Ricardo Anaya Cortés, acudió a las oficinas del INE, a presentar la solicitud de registro que fuera firmada por los representantes legales de la coalición que formaron los partidos políticos del PRD, MC y PAN y por el mismo interesado. Acompañando los documentos que acrediten los extremos del artículo 82 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Hasta el 29 se sabrá si es o no candidato con registro ante el órgano electoral que le permita iniciar “oficialmente” su campaña al día siguiente. Es necesaria la aclaración: “oficialmente”, puesto que Anaya tiene varios años en abierta campaña, en la búsqueda del objetivo que él y sus amigos más cercanos se propusieron desde que se apoderaron del PAN: la candidatura a la Presidencia. Ya después decidirá el electorado si le da el aval o no el día de la jornada electoral.
No podía faltar el discurso del aspirante, quien nuevamente se quejó del PRI, del gobierno y la PGR, por la persecución que han emprendido en su contra. Habría que resaltar una vez más, el Doctor en Derecho, inconcebiblemente exhibe su ignorancia en materia jurídica, vuelve a insistir en que, llegando a la Presidencia de la República: hará justicia ¿Qué no entiende que es el Poder Judicial el que imparte justicia? La función del Poder Ejecutivo es eminentemente administrativa, no legislativa mucho menos la de impartir justicia. Esa afirmación deja en claro su obsesión de “encarcelar” a más de algún priista, aun sin pruebas; la obsesión obnubila su pensamiento, eso le sucede a Ricardo, tal vez porque nunca imaginó que sin mayor merecimiento en un abrir y cerrar de ojos se encumbró en lo más alto de la cúspide a la que pueda aspirar cualquier político, llegar a ser Presidente de la República. Esa carrera meteórica llena de trampas lo tiene a un “tris” de conseguir su enfermizo objetivo: gobernar a los mexicanos sin tener experiencia alguna en la materia. Su única virtud positiva y hay que reconocerla, es la de ser un buen orador. Eso es todo y no más. Anaya ha dejado en claro que utilizaría a la PGR como herramienta política: lo que hoy critica. Pretenderá “impartir justicia”. Enorme equívoco de conocimiento. La PGR persigue delitos y delincuentes, procura justicia poniendo en manos de la autoridad judicial federal, pruebas para inculpar al presunto responsable de la comisión de un delito ¡Jamás imparte justicia!
Ricardo Anaya inicia la pasarela de registros
