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Muchos de nosotros pensamos que los accidentes viales son eventos fortuitos y que difícilmente nos puede suceder, pero de acuerdo con la Ley General de Salud los accidentes son un hecho súbito que ocasiona daños a la salud y se produce por la ocurrencia de condiciones potencialmente prevenibles.
¿Se le hace justo que alguien muera, se lesione gravemente, pierda alguna extremidad o pase el resto de su vida en una silla de ruedas, o bien que una persona termine en prisión por la inmadurez e irresponsabilidad de una persona ya sea al conducir o al transitar por las calles de manera imprudencial?
Es necesario saber que la mayoría de los accidentes viales se pueden evitar, para ello necesitamos una educación integral que incluya educación vial (formación, enseñanza, guiar, conducir, valores éticos y morales) y cultura vial (conocimiento, enseñar, instruir, cultivar el intelecto, usar el sentido común) donde de acuerdo a la infraestructura que presenta la ciudad los habitantes tomen conciencia de los cambios y de cuál es la mejor forma de vivir esos cambios.
Como ejemplo, tenemos el actual sistema de Qrobús en el estado, donde a la semana de iniciar su tránsito por la ciudad se presentaron diversos accidentes, y era de esperarse, puesto que cambiaron algunas vueltas, quitaron semáforos, pusieron otros, indicaron cruces peatonales en vueltas que se sabían continuas y que no sólo alentaron el tráfico, sino que provocaron el sobresalto de más de un peatón; vueltas a la izquierda desde las laterales derechas o desde el cuarto carril, etcétera. y de quién es la culpa, ¿del Gobierno, del conductor, del usuario de transporte público, del motociclista, del ciclista o del peatón?
En definitiva, sabemos que al existir infraestructura nueva se necesita verificar el reglamento, poner nuevas señales de tránsito, implementar un sistema de seguridad vial, empoderar al factor humano, a la ciudadanía, ya que muchos usuarios del sistema de transporte no sabían cómo llegar a sus destinos, puesto que no se enteraron de la reubicación de las rutas; capacitar a los choferes del transporte para usar sin fallas la nueva tecnología de las unidades; fomentar la cortesía y el valor de urbanidad, pues incluso, muchos de los conductores han estado invadiendo carriles que no les corresponden.
Para que el nuevo sistema de transporte sea un éxito, para reducir el tráfico y para evitar accidentes, es necesario el compromiso de todos, lo cual se logra educando y culturizando a los ciudadanos.
La responsabilidad es de todos, gobierno, ciudadanos, padres de familia, instituciones educativas y responsables de la enseñanza en la conducción.
El conocimiento es valor, es una herramienta y si los usuarios no tienen herramientas, se pueden tomar decisiones erróneas, razón por la que es importante iniciar a educar y culturizar a edades tempranas.
Quizá la educación vial no garantiza la reducción total, pero sí disminuye los accidentes por la mejor toma de decisiones.
“La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo” Nelson Mandela.