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La obligatoriedad que establece el nuevo Reglamento de Tránsito a la autoridad municipal, en el “nuevo mundo” de la movilidad, está generando muchos más problemas a la política de movilidad, que soluciones. Las autoridades en la materia deben hacer algo antes de convertir a la zona conurbada de la capital en un verdadero “infierno”. Las arterias para la movilidad de miles de queretanos, de por sí insuficientes para el tránsito vehicular, se han visto reducidas, generando un problema que agrava la contaminación ambiental. Ahora, sumado a los semáforos “inteligentes”, los traslados llevan más tiempo y los vehículos automotores expiden más gas contaminante.
La ciudad de Querétaro no fue hecha para convivir con las nuevas políticas de movilidad. Es inconcebible observar cómo se han reducido los espacios para vehículos automotores, para generar nuevos espacios a las bicicletas que apenas existen. Por donde circulan cientos de vehículos, apenas transitan unas cuantas bicicletas y los bicicleteros siguen haciendo de las suyas al circular incluso en sentido contrario o en los andadores. Por qué no ha sucedido lo mismo en los Municipios de El Marqués o en Corregidora, ya no digamos de Huimilpan, que también es zona conurbada. Pareciera que se trata de un buen negocio de la administración municipal que encabeza Marcos Aguilar, al mandar pintar kilómetros y kilómetros solo en algunas calles o avenidas de la ciudad e instalar en el asfalto las piezas reflejantes que delimitan la zona de las bicicletas; por otro lado, el jugoso negocio de las bicicletas que se movilizan en la zona centro –insisto- invadiendo los andadores de áreas peatonales con el peligro de atropellar a los viandantes. El caos de movilidad por todos lados. Y los elementos de tránsito solo atienden para multar a vehículos mal estacionados en esa zona, no hacen otra cosa; todo indica que la única intención de la autoridad municipal es de carácter recaudatoria.
Es comprensible que, en la ciudad capital, que carece de la infraestructura apropiada para compartir espacios entre bicicletas y vehículos automotores, ahora sufra de estrangulamiento vial. Las quejas por todos lados. Ahora se pueden ver vehículos estacionados a media calle, con la consecuente reducción de espacios de movilidad para los miles de vehículos que transitan por toda la ciudad. Algo deben hacer las autoridades para solucionar un problema que hasta hace un par de meses no existía. Junto con la implementación de los semáforos “inteligentes” que resultaron “retrasados mentales”.