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Siempre he pensado que hay dos actos en los que resulta necesario ser voluntariamente ignorantes. Cuando uno toma una papeleta y vota pensando que ahora sí todo cambiará y todo saldrá bien, y cuando uno se vuelve a casar.
Esta semana empezamos con el ritual que tanto nos gusta del misterio en torno al destape del que sigue tapado y le dimos toda la cancha a los políticos como si ellos aportaran algo.
Estos días he echado de menos el balance. Y naturalmente estoy de acuerdo con Marichuy –el único toque pintoresco y necesario de esta elección, que representa a los indígenas y a la mujer–, tenemos que “estremecer juntos a esta nación”.
Sería bueno estremecerla por la ilusión, sería bueno estremecerla por eso que, en las relaciones interpersonales –y espero no estar contraviniendo ninguno de los nuevos códigos de la sociedad– se llama the anticipation.
Pero si no se puede estremecer por las buenas, todos aquellos que lo pueden mover, tienen que saber que se puede llegar a estremecer por las malas.
Todo está claro, tenemos nuestro viejo dinosaurio, al que tanto le debemos y el que tanto nos quitó, el mismo que ahora ya tiene un candidato que no es de los suyos.
Podemos pensar que el dinosaurio se volvió generoso, o simplemente recordar que siempre ha sido muy práctico.
Aparentemente todas son ventajas y todas son grandiosas, y eso fue lo que estuvo por todas partes y en todos los medios. Pero hoy termino la semana pensando que eso puede ser buenísimo o puede ser malísimo, porque las responsabilidades nos alcanzan a todos.
Da la impresión para el candidato que ahora encabeza las encuestas, que ya ganó, y para éste que está recién llegado, que va a hacer un paseo militar.
Pero que nadie se equivoque, porque la elección está por ser ganada. Y el riesgo para el que encabeza las encuestas es el de siempre, es decir, que él mismo no pierda lo que los electoresle quieren dar, y en cuanto al nuevo, el riesgo es muy evidente, todo lo que hoy le acredita como el hombre providencial, mañana puede volverse en su contra y de una manera insuperable.
En este momento todas son ventajas, pero si no tienen cuidado todo puede convertirse en una serie de inconvenientes acumulados.
Es necesario estremecer al país, y yo inicio el fin de semana pidiendo y deseando que, así como dice Marichuy, el estremecimiento, sea para bien.
@antonio_navalon