1. – El día en que Yeidckol Polevnsky, presidenta de Morena, afirmó categóricamente que sólo un fraude le quitaría la victoria a López Obrador y que se les aparecería el diablo, a su lado estaba un personaje de todos conocido: el expriista, pospetista y neomorenista Manuel Bartlett Díaz, quien fuera secretario de Gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral en las elecciones de 1988 cuando el sistema “se cayó” para detener el flujo de votos a favor de Cuauhtémoc Cárdenas. A Cárdenas sólo el fraude oficial, institucional gubernamental de Miguel de la Madrid le quitó la Presidencia de la República.
2.- Los ajustes de cuentas y reclamos ya comenzaron. El pasado domingo 24 por la mañana, el empresario ClaudioX. González G, el más activo anti-López Obrador, circuló un tuit que mostró la ruptura de los empresarios no priistas con el presidente Peña Nieto culpándolo de la victoria del tabasqueño: “La presente administración está a punto de perder el poder, por vía de una estrepitosa derrota electoral, por una razón fundamental: DILAPIDARON, por la vía de la corrupción, la inseguridad, la impunidad, la ineptitud y la soberbia, la poca LEGITIMIDAD que aún tenía el Estado”.
3.- Al escoger a José Antonio Meade Kuribreña y moverlo como representante de la defensa y continuidad del gobierno actual, el presidente Peña Nieto mostró que siempre quiso salvar su alma y nunca salvar la república.
4.- Pero el problema fue doble: Meade siempre se asumió como encargado de una nominación y el cambio en la Presidencia del PRI llegó tarde. La suerte electoral de Meade ahora depende de que la estructura electoral arranque rápido, tenga recursos y que el aparato peñista – Videgaray, Ochoa, Nuño y el propio Peña– se hagan a un lado.
5.- Si López Obrador prometió abrogar la Reforma Educativa, el gobernador priista oaxaqueño Alejandro Murat Hinojosa ya lo hizo para quedar bien con la Sección 22 de maestros y con López Obrador. Para que levantaran el plantón, Murat no aplicará la reforma, le construirá un hotel a la 22 y le renovará su parque vehicular.
El exsecretario de Educación, Aurelio Nuño, ni siquiera se enteró. Y Murat tampoco le pidió a la 22 votos para Meade porque va con AMLO.
6.- El oportunismo desfondó al PRD. La exgobernadora zacatecana Amalia García renunció esta semana al partido por la candidatura del panista Ricardo Anaya que se formalizó hace ¡un año!, con el mismo olvido que tuvo cuando la acusaron de irregularidades en Zacatecas por miles de millones de pesos. El candidato PAN-PRD morelense, Rodrigo Gayosso, dijo que votaría por López Obrador, a quien su padre político Graco Ramírez Garrido Abreu siempre atacó, los dos, claro, ahora en busca de impunidad.
7.- Antes de ganar en las urnas, López Obrador ya quiere las llaves de Palacio Nacional, la designación adelantada de los secretarios de Hacienda, Defensa y Marina, el control de la construcción del nuevo aeropuerto y el diseño del presupuesto de egresos de 2019. Montó en cólera cuando le dijeron que se esperara una semana, por la sencilla razón de que podría no ganar las elecciones.
8.- Para los que saben de política: el segundo apellido de López Obrador no es Chávez sino Portillo.
Política para dummies: La política es la antítesis de la democracia, pero no se lo digan a nadie.
Si yo fuera Maquiavelo: “Está bien mostrarse piadoso, fiel, humano, recto y religioso, y asimismo serlo efectivamente, pero el príncipe debe estar dispuesto a irse al otro extremo si ello fuese necesario”.