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Por Barbara Goldberg
26 oct (Reuters) – En una noche de Halloween normal, Sarah Schwimmer abriría su puerta y pondría caramelos en las manos de los más pequeños, pero este año enviará las golosinas por un tubo de 3 metros de largo, construido como su sistema de reparto particular para respetar la distancia social ante la pandemia de COVID-19.
“Para los niños todo ha cambiado así que cualquier cosa que podamos hacer para mantener esa alegría es importante”, dijo Schwimmer, de 54 años, maestra de quinto curso de una escuela pública y vecina de Lawrenceville, en el estado de Nueva Jersey.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) desaconsejan las actividades habituales de Halloween, consideradas de “alto riesgo” y que pueden aumentar las infecciones de COVID-19, incluyendo casas embrujadas, paseos con personas que no viven en el mismo hogar y el “contacto directo con los que hacen truco o trato”.
Gritar, por alegría o por miedo, es un comportamiento de riesgo durante el 31 de octubre, según los CDC, que abogan por el distanciamiento social y el uso de mascarillas para reducir el riesgo de propagación del nuevo virus.
Desde grandes ciudades como Los Ángeles hasta pequeños pueblos como Longmeadow, en el estado de Massachusetts, las prohibiciones del “truco o trato” se han extendido por todo el país. Incluso se canceló la cabalgata anual del jinete sin cabeza —que conmemora el clásico del escritor Washington Irving, ‘La leyenda de Sleepy Hollow’, escrita hace justo 200 años—, en el condado de Westchester, en Nueva York.
Con los casos de coronavirus en Estados Unidos por encima de los 8 millones, la asociación de Halloween y Disfraces (Halloween and Costume Association), en colaboración con el Instituto de Salud Global de Harvard, publicó un mapa COVID-19 codificado por colores de todo el país con el fin de ayudar a los padres a determinar el nivel de riesgo en su comunidad (https://www.halloween2020.org).
En la página web creada por el Instituto (Halloween2020.org) se determinan las principales zonas de peligro, incluyendo Dakota del Norte, Dakota del Sur, Wisconsin, Montana e Idaho, estados donde los casos se han disparado.
Los expertos en sanidad achacan ese aumento al descenso de las temperaturas, el regreso de los estudiantes a las escuelas, reuniones sociales más distendidas, la fatiga por la mitigación de las infecciones y el hecho de que los políticos, incluido el presidente Donald Trump, le resten importancia al uso de las mascarillas.
La Casa Blanca dijo que las celebraciones de Halloween continuarían, pero en el evento planeado el pasado domingo, todos los invitados de 2 años o más debían usar mascarilla y respetar las distancias sociales obligatorias. Trump, su esposa Melania, y su hijo Barron se infectaron de COVID-19 a principios de este mes.
Los expertos médicos dicen que tratar de minimizar el peligro de la propagación del virus cancelando las actividades de Halloween podría socavar la salud mental, especialmente de los más pequeños, que ya se encuentran angustiados por la pandemia, la cual ha provocado una interrupción de las clases, de las visitas familiares y de tiempo de ocio con los amigos.
La espeluznante posibilidad de que la COVID-19 acabe con la diversión de Halloween hizo que Elvira, la presentadora de televisión de programas de terror interpretada por la actriz Cassandra Peterson, saliera de las sombras para suplicar “No cancelen Halloween” en un nuevo video musical.
“La pandemia de COVID-19 lo arruinó todo”, dijo Elvira cantando al son de la melodía de la canción “Holiday” de Madonna. “No hay disfraces, dulces ni celebración, porque todo el mundo sigue aún confinado”.
Con todo, las ventas de disfraces y dulces no han bajado. Se espera que el gasto en decoraciones, disfraces y otras compras tradicionales alcance los 8.050 millones de dólares este año, ligeramente por debajo los 8.800 millones de 2019, según la Federación Nacional de Minoristas.
El COVID-19 ya ha inspirado algunos disfraces, incluyendo un contenedor gigante de desinfectante de manos y una mascarilla de coronavirus con púas que emulan las características espigas del patógeno.
Schwimmer declaró que se pondrá su raído sombrero puntiagudo de bruja cuando se coloque en una ventana del segundo piso, en un extremo de la tubería de PVC a través del cual deslizará los caramelos a los que vengan con el “truco o trato”.
“Creo que podemos celebrarlo con seguridad sin cancelar la fiesta entera”, afirmó.
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(Información de Barbara Goldberg; información adicional de Alexandra Alper, Jill Serjeant y Lisa Shumaker; editado por Rosalba O’Brien; traducido por Andrea Ariet en Gdansk)