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Por Joseph Ax
25 ago (Reuters) – El ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, acusó el martes al presidente Donald Trump de intentar “poner su rodilla en el cuello de la democracia” al perjudicar el voto por correo y sembrar dudas, sin pruebas, sobre la integridad de las elecciones del 3 de noviembre.
“No parece tener ningún reparo en tratar de desgarrar el tejido social y el equilibrio político del pueblo estadounidense, y está sembrando estratégicamente dudas de antemano”, dijo Gore, un demócrata, en una conversación con el editor en jefe de Reuters Stephen Adler y el editor general de Reuters Harold Evans.
Gore, que fue vicepresidente de 1993 a 2001 durante el mandato de Bill Clinton y perdió las elecciones presidenciales de 2000 frente al republicano George W. Bush, calificó las acciones de Trump como una “estrategia despreciable”.
Trump ha hecho afirmaciones infundadas de que el voto por correo, algo habitual en las elecciones estadounidenses y que se espera que aumente este año por la pandemia del coronavirus, causará un fraude generalizado, y se ha negado a decir que aceptaría el resultado de las elecciones si pierde ante el contendiente demócrata Joe Biden.
Gore dijo que los estadounidenses deben estar preparados para un conteo de votos que demore días en completarse después de las elecciones, y que el candidato que parece estar ganando en los resultados iniciales puede terminar perdiendo una vez que se cuenten todas las papeletas.
En el año 2000, Gore y Bush estaban separados por sólo unos cientos de votos en el estado de Florida, cuyos delegados electorales determinarían el resultado.
El resultado permaneció en el limbo más de un mes después de las elecciones, cuando la Corte Suprema de Estados Unidos, de mayoría conservadora, resolvió la contienda en favor de Bush, lo que hizo que Gore -que había ganado el voto popular en todo el país pero había perdido en el complejo Colegio Electoral- cediera.
“Resulta que no hay un paso intermedio entre una decisión final del Tribunal Supremo y una revolución violenta”, dijo Gore, sonriendo, sobre su decisión de ceder. “Me pareció que el respeto por el estado de derecho y el respeto por las necesidades de la democracia estadounidense eran lo que tocaba”.
“Siempre se puede explorar la opción de arrastrar algo, desgarrar el país, movilizar a los partidarios unos contra otros en las calles y todo eso, pero no era un camino sabio para nuestro país”, añadió Gore.
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(Reporte de Joseph Ax; Editado en español por Javier López de Lérida)