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POR GIOVANNA FRANZONI/REVISTA CAMBIO
Uno de los retos más grandes que implica trabajar ocho horas diarias en una oficina es mantener una alimentación balanceada. La cosa se pone aún más difícil cuando caminas frente los puestos que están afuera del Metro: es inevitable que el olor de guisado de chicharrón conquiste tu corazón o que un tlacoyo de queso con nopales no te haga ojitos.
La comida callejera es parte esencial de la cultura gastronómica mexicana, y también la salida fácil para quienes no logramos darnos el tiempo de llevar tóper religiosamente al trabajo. El problema es que esas deliciosas garnachas que venden en cualquier esquina, no sólo representan la fuente de alimentación de muchos trabajadores, también son una de las variables por las que somos el primer lugar en obesidad a nivel mundial, algo así como que 1 de cada 3 mexicanos padece este problema.
Bajo la idea de convertirnos en consumidores de garnachas responsables, decidimos sacar el índice calórico de los alimentos ambulantes que más comemos quienes vivimos metidos en una oficina; esto a través de un medidor calórico online. Así, podrás sacar un estimado de cuántas calorías ingieres cada que sales a la calle a buscar un puesto de a pie para saciar tu hambre.
Tacos
Barriga llena de tacos, es igual al corazón contento de cualquier mexicano. Y aunque hay de tacos a tacos –no es lo mismo darse uno de birria que uno de pollo asado–, las calorías van desde 190 hasta 300 por taco; los más grasosos, como los de pastor o carnitas, se inclinan hacia el índice calórico más alto.
Gorditas
En realidad no hay que ser nutriólogo para saber que comer una gordita no resulta una opción muy saludable, pero lo que sí debes tomar en cuenta es que aproximadamente su índice calórico es de 567 calorías, de las cuales 41.2 gramos son grasa y 31.8 gramos son carbohidratos. Y sí, son deliciosas, aunque eso no quita que sean calorías vacías que no le sirven a tu cuerpo más que para engordar.
Pambazo de papa con chorizo
El pambazo tiene 425 calorías que, al igual que la gordita, están representadas en su mayoría por carbohidratos y grasas. Lo que trato de decir aquí es que no hay nada de malo en consumir este tipo de comida de vez en cuando, pero siempre tomando en cuenta que la energía que te proporciona la grasa nunca podrá compararse con la que ofrecen los alimentos ricos en proteína.
Tal vez el truco está en darse ese pequeño gusto de saborear un pambazo, pero buscando balancear el insumo de nutrientes que le hacen falta a tu cuerpo durante el desayuno o la cena.
Quesadillas
Evidentemente, si pides tu quesadilla frita con crema y queso las calorías se disparan hasta 280 o más por porción –entiéndase una tortilla frita de tamaño normal bien servida–. Una quesadilla de comal, por su parte, tienen alrededor de 200 calorías cada una. Si tu guisado es chicharrón prensado, chorizo o algún tipo de embutido, las calorías suben casi al doble.
Sopes
Si tuviéramos que explicárselo a un gringo, el sope es algo así como el papá de la quesadilla, pues es básicamente lo mismo, pero de mayor tamaño; lo que a su vez equivale el doble de calorías. Un sope de carne deshebrada, por ejemplo, tiene alrededor de 525.8 calorías, y eso sin contar el refresco.
Flautas
Las primas de los tacos dorados cuentan con un aproximado de 625 calorías si las pides en orden de tres. Como todas las garnachas fritas, las flautas son en su totalidad grasa y carbohidratos, así que si ya te fuiste por esta opción, evita que sean de papa o queso; mejor pídelas de alguna proteína.
Comida corrida
Sentarte a comer en una fonda o en un puesto donde venden la famosa comida corrida no es sinónimo de alimento equilibrado. Si pides sopa de pasta, arroz, milanesa de pollo, agua de sabor y tortillas, el aproximado de calorías está entre 1000 y 1200. Es la mitad de las calorías que está recomendado consumir por día.
Y si de plano no te convence eso de llevar tóper a la oficina, podrías cambiar los guisados o carnes empanizadas (350 calorías) por una pechuga asada (255 calorías), reemplazar el arroz (180 calorías, media taza) por ensalada y dejar el agua de sabor por un vaso de agua simple.
Por último, hay que tomar en cuenta que todos esos alimentos que encontramos en la calle son hechos al momento y por lo general son fritos, lo que implica considerar algo que afecta directamente a las grasas que ingieres: el estado del aceite donde se dora la garnacha.
La cuestión es que entre más quemado esté el aceite, los elementos del mismo se rompen y sus grasas se convierten en saturadas; lo que significa que resultan más dañinas para tu cuerpo y más difíciles de procesar, esto termina traduciéndose en más índice de grasa corporal.
La recomendación es que, como lo haces con tus finanzas, lleves la cuenta de las calorías que consumes a diario, con el fin de que detectes qué parte de tu rutina diaria y hábitos alimenticios están generando en ti sobrepeso. Existen infinidad de aplicaciones en Apple y Android que pueden ayudarte con el conteo, para que la próxima vez que te des un taco, lo hagas consciente de lo que eso implica.