Por: Teresita González
El Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) es una enfermedad real, derivada de experiencias o eventos trágicos como sismos, huracanes, guerras, violaciones, abusos físicos o un accidente grave.
Esta alteración hace que la persona se sienta estresada y con temor, aún después de haber pasado el peligro.
Afecta la vida de quien lo sufre y también de quienes lo rodean, porque cuando un suceso es muy grave, algunas personas no son capaces de asimilarlo, alterando su comportamiento.
El estrés es una reacción de supervivencia ante las crisis y el cuerpo se prepara en estado de alerta para responder, el de tipo postraumático es una secuela.
A veces se toma en cuenta únicamente a las víctimas directas, olvidando que también se presenta en testigos indirectos, a quienes generalmente no se les toma en cuenta, o se minimizan sus efectos, ocasionando aumento en los síntomas y graves consecuencias que pueden evitarse.
Para identificar el TEPT, existen tres síntomas de alerta principales como la revivir la experiencia de la situación, trastornos de sueño y sobresaltos frecuentes.
Los otros síntomas que acompañan esta enfermedad, son pesadillas, ataques de ira y de pánico ansiedad, apatía, sudoración en manos, taquicardia, falla de memoria, migrañas, colitis y gastritis.
Las personas con este tipo de trastorno tienen incapacidad para recordar un aspecto importante del suceso o trauma, ya que evitan pensamientos, sentimientos, conversaciones, personas, actividades y lugares que se lo recuerden; dificultando su proceso de recuperación.
Las personas afectadas comienzan a tener sensación de desapego, se vuelven más restrictivos en su vida afectiva; lo cual hace que se aíslen o tengan problemas en sus relaciones.
Es común que sientan culpa, se pregunten si pudieron haber hecho algo, por qué no lo hicieron o por qué no reaccionaron rápido.
También tienen la sensación de un futuro desolador; se vuelven pesimistas. No esperan casarse, tener empleo, formar familia o llevar una vida normal; lo que se manifesta en consecuencias como depresión, apatía, desesperanza y comportamientos autodestructivos.
Ayuda
Algunos consejos para quien padece este trastorno son evitar ver constantemente noticias acerca del desastre o lo menos posible, es decir, aislarse de los medios de comunicación.
Evitar descuidarse comiendo de más o no comer bien; además de eludir escapes negativos como fumar cigarro, beber alcohol o ingerir otras sustancias dañinas para la salud. También se pueden realizar técnicas de relajación como respiración, meditación, aromaterapia, etcétera.
Los afectados deben expresar sus emociones sin juicios a través de un diario o buscar ayuda con personas de confianza, o bien, pedir apoyo profesional. De igual manera, es importanrealizar un chequeo médico para prevenir alteraciones físicas.
Vigilar a menores
Es importante tomar en cuenta que si un adulto tiene TEPT muy probablemente también lo tengan sus hijos, por lo que, es conveniente escucharlos y platicar con ellos para ayudarlos a comprender lo sucedido.
No se les debe negar la situación ni las emociones, sino orientarlos, tranquilizarlos y evitar el autodiagnóstico.
Si los síntomas continúan por más de tres meses buscar ayuda profesional.