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El robot explorador de Marte Curiosity, de la NASA, halló nuevas evidencias de moléculas orgánicas “resistentes” en rocas sedimentarias de tres mil millones de años cerca de la superficie, así como variaciones estacionales en los niveles de metano en la atmósfera.
La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), explicó que aunque no son pruebas de la vida misma, son una buena señal para futuras misiones que exploran la superficie y subsuelo del planeta.
Las moléculas orgánicas contienen carbono e hidrógeno, pueden incluir oxígeno, nitrógeno y otros elementos, las cuales pudieron ser creadas por procesos no biológicos, y no son de manera necesaria indicadores de la vida, detalló la NASA.
Aunque la superficie de Marte hoy es inhóspita, existen pruebas claras de que, en el pasado remoto, el clima marciano permitió que el agua líquida se agrupara en la superficie.
Los resultados de Curiosity, que serán publicados en la revista “Science”, revelan que hace miles de millones de años, un lago de agua dentro del cráter Gale tenía todos los ingredientes para la vida, incluidos componentes químicos y fuentes de energía.
“El sitio de estudio fue el cráter Gale, donde creemos hubo un océano en el pasado, mide 150 kilómetros de diámetro, se formó hace tres mil 600 millones de años”, detalló el investigador mexicano Rafael Navarro González, quien forma parte del equipo que descubrió materia orgánica en el pasado geológico de Marte.
Navarro González detalló que el segundo artículo describe que los niveles mínimos de metano en la atmosfera de Marte muestran un patrón estacional fuerte y perceptible que es consistente con emisiones localizadas en la superficie que ocurre en todo el planeta.
La variación fue detectada por el conjunto de instrumentos de análisis de muestras de Curiosity en Marte (SAM).
“El mecanismo para que se pueda presentar en Marte es por la continua caída de polvo cósmico, este tiene compuestos orgánicos que cuando llegan a la superficie son destruidos por rayos UV y forman metano”, apuntó.
Agregó que se piensa que en el subsuelo debe haber una fuente de metano, y una posibilidad podrían ser bacterias que transforman el dióxido de carbono y el hidrógeno en metano.
“También puede haber una contribución abiótica que seríam las reacciones de minerales de olivino con agua, que en condiciones de temperaturas hidrotermales genera metano”, acotó.
Este nuevo resultado muestra que los bajos niveles de metano dentro del cráter Gale alcanzan su punto máximo en los cálidos meses de verano y disminuyen en el invierno cada año.