Por Jake Spring
BRASILIA, 1 jul (Reuters) – El número de incendios en la Amazonía de Brasil creció un 20% en junio a un máximo de 13 años para el mes, según datos del gobierno publicados el miércoles, lo que repetiría el incremento visto en 2019.
Expertos en salud temen además que el humo que a menudo cubre la región durante la estación seca, causando problemas respiratorios, pueda causar complicaciones a las personas con COVID-19.
En junio, el Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil (INPE) detectó 2.248 incendios en la selva amazónica, cifra que se compara con 1.880 en junio de 2019.
No obstante, la cifra queda corta si la compara con la escalada en los incendios de la región de agosto pasado, que provocó protestas mundiales porque Brasil no estaba haciendo lo suficiente para proteger la selva tropical más grande del mundo.
En junio de 2020 se contaron aproximadamente 75 incendios por día en el Amazonas, en comparación con un promedio de casi 1.000 diarios en agosto de 2019.
“Es una mala señal, pero lo que realmente contará es lo que sucederá de ahora en adelante”, dijo Philip Fearnside, biólogo del Instituto Nacional de Investigación del Amazonas (INPA).
Un indicador más preocupante es el aumento de la deforestación, advirtió Fearnside, porque generalmente se provocan incendios para despejar la tierra después de que los árboles han sido talados.
La deforestación ha aumentado un 34% en los primeros cinco meses del año respecto al mismo período del año previo, según muestran datos preliminares del INPE.
Fearnside dijo que la creciente destrucción se debe a una aplicación más débil de las leyes ambientales bajo el gobierno del presidente Jair Bolsonaro, quien ha pedido un mayor desarrollo de la agricultura y la minería en áreas protegidas de la Amazonía, al tiempo que declara que el país preserva la mayoría de la selva tropical.
Mientras tanto, las comunidades en la Amazonía se preparan para el humo que se extiende sobre la región durante la temporada de incendios, que generalmente está en su apogeo de agosto a noviembre.
Guilherme Pivoto, infectólogo en el estado de Amazonas, dijo que el empeoramiento de la calidad del aire por los incendios podría exacerbar el daño a las personas que padecen COVID-19, dijo.
“Aquellos que contraen COVID tienen una mayor probabilidad de una interacción entre la contaminación y COVID-19, causando casos prolongados con más síntomas”, advirtió.
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(Reporte de Jake Spring. Editado en español por Janisse Huambachano)