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A partir de hoy inicia el ciclo escolar 2018-2019 en las escuelas públicas y particulares de educación básica y normal, incorporadas al Sistema Educativo Nacional.
Según las autoridades educativas, 25.4 millones de alumnos y 1.2 millones de docentes asistirán a las 226 mil 200 escuelas públicas y privadas de educación básica.
Asimismo, acudirán a las aulas 1.9 millones de jóvenes que cursarán estudios de capacitación para el trabajo, y 88 mil 400 alumnos de educación normal.
Asimismo, inicia hoy la primera fase de aplicación del plan y programas de estudio del Nuevo Modelo Educativo para los tres grados de preescolar, los dos primeros niveles de primaria y el primer año de secundaria.
Clubes, idea inacabada
Con el inicio del Nuevo Modelo Educativo, en la enseñanza secundaria se contempla la desaparición de los talleres que ahora serán clubes, lo cual, de acuerdo a Sabino González –profesor de la Sección 10 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)–, son actividades lúdicas para los alumnos que desplazan la enseñanza de un oficio y afectan la labor de los profesores de dichas áreas.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) contempla en el nuevo modelo seis áreas de aprendizaje obligatorias: Lenguaje y comunicación, Pensamiento matemático, Exploración y Comprensión del mundo natural y social, Educación física, Educación Socioemocional y Artes.
Pero además hay un espacio para la autonomía curricular, donde se concretan objetivos como ampliar la información académica, transmitir conocimientos regionales o crear proyectos de impacto social.
Para Gabriela Bernal, madre de un estudiante en una secundaria técnica de la delegación Gustavo A. Madero, esto no trae beneficio a su hijo, quien ahora deberá tomar un club donde “parecería que es para entretenerlo”.
Para ella, tener un taller significaba que tuvieran garantizado un aprendizaje para la vida laboral, y que incluso marcara camino en su desarrollo profesional, que adquirieran conocimiento y un gusto que concluiría con la elección de una carrera, “pero ahora ya no, ¿quién contrata a alguien para jugar ajedrez?”.
De acuerdo con González, no se potenciaron las cualidades de los talleres como áreas de formación científico-tecnológica y ahora se impulsa, indicó, un modelo donde todo es improvisado.