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El deficiente desempeño académico puede ser provocado por dormir pocas horas o no aprovechar el tiempo dedicado a esa actividad nocturna, aseguraron estudiantes de enfermería de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
María Daniela Hernández Sánchez, Sandra Guadalupe Bárcenas y Sandra de la Torre León, alumnas de la Facultad de Enfermería, realizaron un estudio sobre la Calidad del Sueño y determinaron que esto implica problemas graves de salud, incluso la muerte.
Al respecto, Hernández Sánchez señaló que una mala calidad del sueño no sólo repercute en el aprovechamiento diario de los estudiantes y personas en general, sino que también afecta la salud mental de los individuos.
De acuerdo con el estudio universitario, la dinámica social que actualmente se vive afecta todos los ámbitos del estudiante y en esta ocasión analizaron los casos de alrededor de 336 jóvenes, la mayoría de ellos con malos hábitos de sueño.
“Observando a la población estudiantil, supimos que repercute en gran medida el ser papás, estudiante, amas de casa, tener doble trabajo y esto desencadena en un mal aprovechamiento laboral”, agregó Hernández Sánchez, quien cursa el décimo semestre de Enfermería.
Advirtió que el dormir bien es una necesidad fisiológica por lo que dejar de hacerlo puede poner en riesgo la vida.
Explicó que el sueño se puede dividir en dos partes: en las primeras horas se hace una reparación física del cuerpo mientras que en la segunda se hace una reparación psicológica, en la cual influyen los estados de la memoria a corto y largo plazo.
“De acuerdo a las entrevistas que hicimos, los universitarios tardan mucho tiempo en conciliar el sueño, debido a que están cansados de su rutina; hemos visto que en promedio las horas de sueño que un individuo puede dedicar es de entre seis y nueve horas para que haya una buena reparación”, aseguró.
En cada sesión de sueño existen hasta cuatro ciclos que van de 90 a 120 minutos cada uno, por lo que aunque se duerman más de ocho horas, al no atender de forma correcta los ciclos de sueño, despiertan sintiéndose cansados al siguiente día, ya que el cuerpo no repone las horas de sueño perdidas.
Se determina si una persona es soñador corto o largo dependiendo lo cansado que esté la persona, por lo que un dormidor corto puede recuperarse entre seis y siete horas mientras que un soñador largo lo puede hacer en ocho o nueve horas continuas.
Se recomienda no comer pesado antes de irse a dormir y establecer horarios fijos para hacerlo.
La idea de las alumnas es que a través del Programa de Enfermería en Salud Integral (ENSAIN) que ofrece la UAQ se promueva entre los estudiantes una buena atención al sueño y, a partir de ahí, mejorar algunos aspectos de la vida diaria y que haya un bienestar general a través de cambiar los hábitos en este aspecto.